Por los cuatro costados

Hoy podría ser un día cualquiera, y probablemente lo sea, puede que dentro de un tiempo ni siquiera recuerde que existió… hoy podría ser un día cualquiera, probablemente lo sea para ti como para mi… pero ha sido en este día cuando me he parado a pensar que puede ser que mi vida la formen un puñado de días cualquiera, y no por ello deja de ser importante… y hay días que son dos si lo son contigo, tu día y el mío, compartiendo el aire, el espacio y el reloj, siendo palabra y oído, caricia y piel… y no son cualquiera… son tu piel y la mía, es tu voz en mi oído justo en el mismo momento… ¿y ahora? Que no duermes a mi lado, que me sobra tu ausencia por los cuatro costados, ahora que me doy cuenta de que tengo una vida menos cuando soy sin ti, y sé que se me da mejor vivir sin pensar, dejarme llevar… pero ya no sé qué parte de mi soy cuando no están tus manos anudadas a las mías…

Inmediato

No era tan complicado, una vez más la vida ha dado un vuelco y ha convertido lo imposible en inmediato, lo utópico en irrefutable, mi vida en tus ojos… ahora tengo un corazón que sabe tomarse su tiempo, una sístole al margen de todo universo ajeno al nuestro, y no era tan complicado, fue solamente echar a caminar, como el que echa una cometa a volar en una exhalación de poniente.

Ahora que he hecho de las líneas de tus manos mis cartas de navegación, que tus pupilas son toda la astronomía que necesito, que son tus pasos los que mueven el mundo, es fácil encontrar el rumbo de los días. Ahora que acompasamos los biorritmos y que conozco de la vida lo mismo que de ti… ahora puede el poniente respirar tranquilo

Esta Noche Toca... Migue Gómez

Volver… Llegar, girar la llave y comprobar que todo sigue en su sitio, el olor sigue donde lo dejé, siguen las puertas, las ventanas, la sensación de saberme en casa…
Así me siento cada vez que vuelvo a pisar las tablas del Pay-Pay, lugar que casi me vio nacer, y en el que crecer suena a canción…
Es un placer para mi poder abriros las puertas de mi casa de soñar, entrad, poneos cómodos que es tiempo de compartir sonrisas y canciones al calor y las copas del Pay-Pay

Miércoles 3 y 10 de Noviembre
Café Teatro Pay-Pay A partir de las 22.30
Entrada Gratuita
C/ Silencio, 1
Barrio del Pópulo
Cádiz

Mientras miras al techo

Y me resumo los sentidos, esquematizo movimientos, despejo gestos… no necesito cuantificar el ritmo al que lato cuando miras y abres los ojos, la matemática no es perfecta, no entiende por qué tiemblan mis manos cuando la brisa huele a tus manos y son menores los acordes del viento que te envuelve, y la vida se me enreda suave entre los dedos…
A veces me gusta descoserme la piel y salir de mi cuerpo, a veces me gusta desandarme el tiempo para correr a tu lado y mirarte de frente, pero vuelvo pronto a mi cuerpo, para sentir mis manos en tu espalda, para saberme pequeño y protegido para descifrar el enigma de tus ojos…
Y entonces miras al techo… crees mirar el infinito, pero solo es el techo… lo que no sabes es que lo que guardas en tus ojos solo cabe en ellos.

Matices

Quizás donde no hay nada habitan las respuestas
Solo entiendo el mundo desde los ojos de un niño
Cuando reina lo pequeño, emocionan los detalles
y los matices mueven el mundo

Quizás será donde reina el asfalto
Donde la luna no tiene nada que decir
Pierden la luz los ojos de gente que al azar se mueve
y vuelve a imponerse lo urgente ante la necesidad de tu boca

Que difícil es sonreír cuando vivir es una carrera de fondo
Que fácil es quererse cuando vaciamos los bolsillos

el método de estar sin ti...

Agoniza el segundero con la velocidad
del sol ahogándose allí,
donde termina el mar, con la necesidad
de acudir a iluminar tu piel...

Y siguen mojadas las calles que nos conocen
y sigo desgastando el aire de pensar en ti
realidad la que me quita el sueño
de buscar tus ojos en el techo, de imaginarte sonriendo así

Vértice

Y las guardas... las escondes, las evitas y disimulas... en un juego de miradas sin destino, de luces que viajan sin rumbo por calles de farolas recién encendidas... y empata sin saberlo el corazón, que no sabe de dudas pasionales, que no entiende de razones, y se limita a latir con fuerza... mientras que en el viaje de vuelta del vértice de tu boca, tus ojos delatan lo que se esconde detrás de las palabras que no dices... y las guardas... y las guardo...

Entre las cuerdas.

Siempre guardo por si te hace falta un cúmulo de casualidades y un lugar donde soñarnos, por si un día necesitas escuchar eso de “pasa sin llamar, estás en tu casa”



Vivo en un bosque de puntales sin techo,
tengo dos puertas por abrir, y una ventana en el pecho.

Tengo una palabra medio dicha que solo conocen tus ojos,
un billete de ida, un corazón sin cerrojo.

Tengo un reloj que sabe tomarse su tiempo,
que sabe tomarse su tiempo,
que sabe tomarse su tiempo…

Tengo un secreto a voces, la foto de una duda,
un sílaba tónica, una palabra aguda.

Tengo siempre a mano algún recuerdo inventado
de aquella vez que estuve en los sitios por los que aún no he pasado.

Tengo un laberinto de caminos que no llevan a ninguna parte,
tengo guardado un abrazo que nunca me enseñaron a darte.

Vuelvo a estar entre las cuerdas, no es algo que me asombre…
ya que he vuelto a encontrarme entre los dedos otra canción con tu nombre.

La caja de los sueños

No, tampoco está aquí… no sé donde he guardado la llave que abre la caja de los sueños… aquella donde guardé los motivos por la que hoy estoy aquí… no… nunca he tenido paciencia, nunca me senté a esperar, me salté las lecciones que hablaban de que había tiempo para todo, que cada acción a su momento, cada cosa a su tiempo, cada canción en su sitio… y ahora donde está la llave de la caja de los sueños… qué estoy haciendo aquí con los cajones revueltos, no sé bien donde buscar… no sé si estos cajones son míos o el reflejo de lo que pudo ser. No, tampoco en los bolsillos… aquí hay proyectos de ventanas sin paredes, cuadernos en blanco, palabras sueltas, canciones sin nombre, un mapa sin norte… ¡Ahí! ¡justo detrás! ¡Ahí está! ¡La encontré! La llave… ¡soy yo! pero… ¿dónde estoy?

Ya iba siendo hora

Ya iba siendo hora de volver a sacar el edredón, de buscarle una melodía a la semana, de salir a la calle a contarle al viento que tengo los mismos motivos para volver a hacerme de sal que la tierra para seguir girando, porque rara vez sigo el camino recto y a estas alturas no sé donde estoy, pero si sé dónde estás. Será porque yo también envidio tu manera de sonreírle al mundo… Ya iba siendo hora de volver a poner las cartas sobre la mesa, y quitarle la arena a la guitarra para seguir cantándote, para envidiar tus silencios rotos por la palabra justa, y se que a estas alturas tengo más vértigo que timidez, que ahora lo que envidio es tu manera de ser inspiración… ya va siendo hora de que te escriba otra canción…